Diseño de un menú semanal equilibrado, sugerente y saludable.
La Dieta Mediterránea tradicional posee beneficios
para la salud científicamente probados
¿Cómo podemos llevar a la práctica el
consejo nutricional?
Es sabido que nuestro actual estilo de vida nos obliga a destinar
menos tiempo a la planificación de una alimentación saludable. Es por ello que
tendemos a aligerar las comidas y las compras de alimentos, dando lugar a una distribución
horaria de las comidas a veces irracional, con repercusiones negativas en el
estado nutricional y, en consecuencia, en la salud.
El valor de la Dieta Mediterránea
La Dieta Mediterránea "tradicional" posee beneficios
científicamente probados que se han relacionado con la mejora del perfil lipídico,
ya que su consumo aumenta el HDL (llamado "colesterol bueno"), a la
vez que reduce el LDL ("colesterol malo"). Además, es una
alimentación rica en fibras y antioxidantes. Estos efectos biológicos, y muchos
más, permiten considerar la Dieta Mediterránea como una excelente propuesta
para la prevención de la enfermedad coronaria.
¿Cuál es nuestro objetivo?
Nuestro objetivo es brindarles consejos y herramientas prácticas
para la planificación del menú diario, tanto para las personas que comen en
casa, como para las que comen en el comedor escolar o en la cafetería del
trabajo, con el fin de alcanzar hábitos alimentarios saludables, enmarcados en
la Dieta Mediterránea.
¿Cómo empezar a planificar una alimentación
saludable?
Lo primero y fundamental es saber que los expertos en nutrición
recomiendan realizar como mínimo, cinco comidas al día. Por lo tanto, lo ideal
sería seguir la siguiente distribución:
·
Desayuno,
·
Media mañana,
·
Comida,
·
Merienda y
·
Cena.
1. El desayuno
¿Por qué es importante un buen desayuno?
El aporte energético-calórico del desayuno es de gran importancia,
ya que nos permitirá lograr un adecuado rendimiento tanto físico como
intelectual, en las tareas escolares y en el trabajo diario.
Desayunar es algo más que tomar un café, pues el café o las
infusiones no nos aportan prácticamente ningún nutriente. Un desayuno completo
contribuye a:
·
Conseguir
unos aportes nutricionales más adecuados.
·
Equilibrar
las ingestas.
·
Puede
contribuir a la prevención de la obesidad en los niños.
·
Mejora el
rendimiento intelectual, físico y la actitud en el trabajo.
¿En qué consiste un buen desayuno?
Debemos tener en cuenta la importancia de la triada compuesta por:
1.
Lácteos: 1
vaso de leche, 1 yogur fresco o queso.
2.
Cereales:
pan, galletas, pan integral, repostería hecha en casa o cereales de desayuno.
3.
Frutas o
zumo natural
También se podría complementar en algunas ocasiones con otros
alimentos proteicos como huevos, jamón, frutos secos, etc.
2. Media mañana
Es recomendable que no pasemos muchas horas sin comer entre el
desayuno y la comida.
Ejemplos para media mañana:
·
Fruta +
yogur desnatado.
·
Café con
leche + tostada con tomate y aceite de oliva.
·
Bocadillo
de queso y tomate + zumo de frutas.
·
Barra de
cereales + yogur de frutas.
3. La comida
Teniendo en cuenta que la mejor manera de alcanzar un estado
nutricional adecuado es incorporar una amplia variedad de alimentos en nuestra
dieta diaria, es conveniente tratar de incorporar en la comida alimentos de los
diferentes grupos de la pirámide.
La comida puede estar compuesta por:
·
Arroz,
pastas, patatas o legumbres: una ración.
·
Ensalada
o verduras: una ración o guarnición.
·
Carne o
pescado o huevo alternativamente: una ración
·
Pan: una
pieza.
·
Fruta:
una pieza.
·
Agua.
En casa
En nuestra cocina tenemos más libertad de elección, lo que nos
permite innovar recetas ricas y nutritivas.
Podemos elegir también los métodos de cocción más saludables.
En el trabajo
Si nos encontramos fuera de casa, es conveniente elegir las
opciones más adecuadas. Por ejemplo, en la cafetería o en un restaurante, podemos:
·
Optar por
ensaladas y/o verduras como guarnición, en lugar de patatas fritas
habitualmente.
·
Entre las
carnes, elegir las preparadas con menos aceite: a la plancha, a la parrilla, al
horno, etc.
·
Priorizar
el consumo de pescado.
·
Vigilar
el volumen de los platos: tratar de no servirnos dos veces del mismo plato, y
procurar que las verduras ocupen la mayor parte del mismo.
·
Preferir
los postres a base de frutas y los lácteos desnatados.
Algunas
combinaciones equilibradas de platos...
·
Ensalada
de arroz + pechuga de pollo a la plancha + alcachofa al horno + pan + fruta +
agua.
·
Paella de
mariscos + ensalada con atún y huevo duro + fruta + pan + agua.
·
Gazpacho
+ pescado con patatas al horno + ensalada + pan + fruta + agua.
·
Bocadillo
de lomo y queso + zumo de fruta + yogur + agua.
·
Hamburguesa
a la plancha con queso fundido + ensalada de tomate y maíz + fruta + pan +
agua.
4. La merienda
La merienda nos brinda los nutrientes necesarios para completar el
aporte energético del día. Podemos elegir una fruta o zumo de frutas, leche o
yogur, bocadillo... reservando la bollería para alguna vez por semana.
5. La cena
La cena es, generalmente, la última comida del día y debemos
procurar consumir aquellos alimentos de la pirámide que no hemos consumido en la
comida.
También debemos tratar de consumir alimentos fáciles de digerir,
como verduras cocidas, sopas, pescados o lácteos, para tener un sueño reparador
no perturbado por una digestión difícil.
Por lo tanto, en la cena podemos incluir:
·
Ensalada
o verduras cocidas.
·
Arroz y
pastas integrales, patatas o legumbres: en pequeñas cantidades, ya que pueden producirnos
flatulencias.
·
Pescados,
huevos, aves o pequeñas porciones de carne.
·
Pan: blanco
o integral.
·
Frutas
enteras, ralladas, crudas o cocidas.
·
Lácteos: yogur
fresco, leches fermentadas, natillas, etc.
Sociedad Española de Nutrición Comunitaria http://www.nutricioncomunitaria.org/
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